Eros
El velo sedoso de una túnica
esconde el rostro de una beldad.
Un arcano deseo en ella
la consume sin cesar.
Debe dejar su hogar,
y cualquier vínculo terrenal.
En la hora dorada del día partirá,
en el bosque se esconderá,
en la laguna se sumergirá
pues con Eros se unirá.
Los peces, los musgos y las piedras rodantes
serán testigos de este extraño amor.
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